Coronavirus. Un punto de inflexión incierto


Cuando el director de la OMS declaró que el covid-19 era ya una pandemia, mi mente automáticamente se remontó a la pandemia de gripe AH1N1 del 2009. La famosa gripe porcina, o como decimos aquí en Perú, la gripe del chancho.

Recuerdo muy bien esos fríos días de mayo, cuando aún vivía junto a mis 2 hermanos en un departamento de 60 metros cuadrados en la ciudad de Lima, y pensábamos que la pandemia, surgida en México, no llegaría a mayores en el Perú. 

Semanas después, los primeros fallecidos ocupaban los titulares de los noticieros en Lima. Y luego de unos días, mis hermanos y yo enfermamos misteriosamente. Aún hoy no sabemos qué bicho nos atacó, pero pasamos por una gripe como nunca antes. Por fortuna, sólo nos bastó unas cuantas pastillas de paracetamol, mucho líquido, descanso y ¡pum!, resucitamos a los siete días.

Con la gripe porcina, el término "pandemia" (que antes la asociaba a la peste negra o a la gripe española de 1918*) dejó de asustarme, pues la pasamos un poco mocosos, fiebrosos y estornudosos, pero relativamente tranquilos. No se decretaron medidas tan extremas como una cuarentena a nivel nacional, o un toque de queda. Ni nos asaltaron pensamientos terroríficos, como imaginar un apocalipsis zombi por un virus creado en un laboratorio estadounidense.  

Hoy, en contraste, qué te puedo decir, ¡estoy asustado! Algunos líderes mundiales decían que el coronavirus era como una simple gripe y que no era mortal, el pato de Disney con copete por ejemplo (Trump). Pero luego todos vimos la situación en Italia, y perdimos el aliento. No quiero ni imaginar una situación de ese calibre desarrollarse en el Perú. No estamos preparados para algo semejante.

La cuarentena es hoy la única medida para ralentizar el crecimiento sin control de los infectados, y ¡caramba! aún no salgo del asombro viendo como casi todos los habitantes de los países de este mundo, desarrollados o no, pasan y pasarán por las mismas penurias. Es increíble y lamentable también, ver a Boris Johnson (el primer ministro británico) luchando por su vida hoy, cuando semanas atrás hablaba de las posibles muertes por covid-19 con total frialdad.

Pero, sabes qué es lo más fastidioso de todo esto: la incertidumbre. Porque ni el más iluminado científico sabe con exactitud qué pasará con nosotros, ni hasta cuándo aguantaremos este suplicio, o si sobreviviremos. Y para alguien que está saliendo de un trastorno de ansiedad generalizada, esto es una patada en la entrepierna.



Los superhéroes de las historietas son mierda

Y mientras yo trato de mantener el control de mis desbordadas emociones en la seguridad de mi casa para cuidar a mis padres. Los médicos del Perú están enfrentando este virus cara a cara. 

Justo ahora, mientras escribo esto, ellos se encuentran luchando para salvar vidas con los escasos recursos disponibles.

Es un problema que el personal médico en el Perú viene cargando desde antes de la pandemia. Un sistema de salud olvidado, que siempre está en crisis, gobierno tras gobierno. El presidente Vizcarra podrá estar haciendo las cosas aparentemente bien en esta emergencia, pero que no nos engañen, este virus nos hará muchísimo daño. 

Sólo basta ver los videos que circulan en las redes sociales, donde se muestran a los médicos y enfermeras, no sólo como héroes, sino también como víctimas, porque se les manda a luchar una guerra sin armas, ni protección. Las consecuencias serán obvias, muchos de ellos se infectarán, otros morirán, y probablemente muchos de ellos contagien el virus a sus hijos, padres o abuelos.

Espero que, pasada la pandemia, se pueda aprender algo de esta experiencia para velar por lo más importante en el país, la salud de todos los peruanos.

Pero, los médicos no son los únicos peruanos que están poniendo el pecho para controlar esta pandemia, también están los del servicio de limpieza y recojo de basura (en extremo indispensable), los policías y las fuerzas armadas, que día a día tienen la labor de controlar el cumplimiento del aislamiento obligatorio, y en casos extremos, detener a los peruanos que parecen haber quedado atrás en la escala evolutiva.

Por cierto, sé que hay personas desesperadas que en estos días no tienen qué comer, porque viven del trabajo diario en las calles (un problema a resolver), pero los jóvenes, y no tan jóvenes bien alimentados que creen que la cuarentena es igual a vacaciones, ¡son unos reverendos imbéciles!

Y sabes, viendo el trabajo de los médicos, enfermeras, científicos, policías, fuerzas armadas, y de los de limpieza, es fácil darse cuenta de cuáles son las actividades humanas que realmente aportan al mantenimiento de nuestra civilización. Sin embargo, hay una actividad que es la base principal de todo, y sin ella, nada podría ser posible. Me refiero a la agricultura, y a los olvidados héroes de héroes, los campesinos. 

El inicio de toda conexión, y no es internet

No he descubierto la pólvora, todos lo sabemos. Qué transportarían los camioneros, qué venderían los comerciantes en los mercados de alimentos, qué comerían los médicos, científicos o policías, que sería de tu familia o de la mía sin el trabajo de los hombres y mujeres del campo, que muchas veces parecen ser la última rueda del coche.

Antes de esta emergencia mundial, quizá muchos de nosotros, seres de ciudad, olvidamos de dónde o quién está detrás de esas variadas papas, fuertes cebollas, jugosos tomates, coloridas zanahorias, enormes zapallos y deliciosas frutas. Hoy es tiempo de cambiar el enfoque y valorar lo que es realmente importante, pues si los campesinos caen por el coronavirus, todos nos vamos al demonio.

Esta es también una buena oportunidad para recordar nuestros orígenes y ver hacia dónde vamos. Nacimos nómadas, yendo de aquí para allá cazando animales, recolectando, y saciando nuestra innata curiosidad por explorar el mundo. Luego a un ancestro se le ocurrió la brillante idea de domesticar algunas plantas, asentarse, vivir en grandes grupos, y ¡pum!, aquí estamos, tú y yo, con el celular en la mano.

La agricultura, propició el sedentarismo, y el inicio de la civilización, y con la civilización hemos descubierto y creado todas las cosas que hoy nos ayudan a llevar una vida cómoda, y con muchas otras actividades a escoger y desarrollar. Como la ciencia, por ejemplo, o el arte que conmueve nuestros corazones.

Y aunque algunos crean que esta situación actual es culpa de la ciencia, por la teoría del virus creado en un laboratorio, es bueno recordar que sólo la ciencia será la que nos salve. Los ruegos al respectivo dios vengativo y castigador de turno en cada región del mundo, sólo sirven para reconfortar el espíritu de los creyentes. 

Nuestra esperanza debe estar en los buenos científicos, en los que contribuyen al bienestar humano, y que están ahora trabajando contra reloj para encontrar una cura o una vacuna. Eso tomará algún tiempo.

Por lo pronto sólo tenemos recomendaciones, que verás a continuación (explicadas a mi modo), para evitar la propagación de este puto corpúsculo insignificante pero bien pendejo:

Medidas para disminuir el contagio y propagación del SARS-CoV-2:
  
1.- Lávate las manos con agua y jabón, mínimo por 20 segundos cada vez que regreses del exterior o toques objetos no desinfectados (no coloco después de ir al baño, porque eso es obvio). Sé un Poncio Pilato en extremo, enjabona cada rincón de tu mano, la palma, el dorso, entre todos los dedos y las uñas (si las tienes largas, córtalas).

2.- Desinfecta con lejía (conocida también como cloro o lavandina) todo objeto que llegue del exterior (todas la compras del mercado, por ejemplo), y también superficies que uses con frecuencia, mesas, manijas de las puertas, pisos. Diluye 4 cucharadas de lejía en un libro de agua, usa un rociador y un paño. Para celulares y el teclado de la computadora, usa alcohol al 70% como mínimo. 

3.- Procura salir lo menos posible, y si se tiene que salir, y vives con más personas, traten de elegir a un sólo miembro como el encargado de hacer todos las compras o pagos.

4.- Si eres tú el elegido para salir o vives solo, mantén tu distancia con la gente (no vas a andar con tu regla para medir 1.5 metros, mejor imagina que los otros son leprosos, como en Ben-hur de Charlton Heston). Sal a la calle con mascarilla y lentes. Recuerda que el virus también se puede transmitir vía aérea a través de los ojos en lugares muy concurridos y cerrados. Con respecto a las mascarilla, pueden ser de tela, pero yo te recomiendo hacer una con el pico de una botella de gaseosa de 3 litros. Ojo, la mascarilla sólo es para reducir la probabilidad de contagio, no te sientas Superman.


Mi mascarilla sellada con filtro de algodón y tela doble

5.- Cuando regreses a tu guarida, considérate una peste, deja tus zapatos afuera, o si no puedes, cambia tu calzado en el umbral de tu puerta principal, luego tomas tu zapatos de compras con tus también contaminadas manos y déjalos en un lugar aislado y poco concurrido.

6.- Haz un sensual strip-tease en un rincón apartado, es decir, quítate mascarilla, lentes y la ropa lentamente, sin hacer tanto polvo antes de recorrer lugares vitales de la casa. Luego quema esa ropa... naaah, mejor métela en una bolsa o colócala en un punto seguro, y déjala reposar unos días para luego lavarla.

7.- Ve directo a la ducha (antes lávate las manos), y haz el aseo de tu cabello primero, que el agua del cabello sucio no te caiga en la cara, una vez limpia tu melena prosigue el baño normal, enjabonando con especial atención las áreas de la piel expuestas al exterior.

8.- No te toques la cara, nariz, boca u ojos con las manos sucias, sé que es difícil no hacerlo, pero ten especial cuidado cuando estés en la calle con las manos contaminadas.

9.- Si vas a estornudar o toser, estés con mascarilla o no, hazlo sobre tu codo. Y si escuchas a alguien que estornuda como burro, huye de ahí lo más rápido posible.

10.- Haz caso a las normas del gobierno, si se decreta toque de queda, no salgas. Si recomiendan distanciamiento social después de finalizada la cuarentena, haz caso. Esta pandemia, por desgracia, no acabá en unos meses. Los expertos dicen que durará entre 1 a 2 años. 

Por eso, todos debemos interiorizar que esto va para rato, y es muy probable que nuestra forma de vida anterior sea cosa del pasado por un largo tiempo.


Por favor cuídate estimado lector y cuida especialmente a tus padres y abuelos. Ánimos. Tarde o temprano esto pasará y será parte de la historia.
   
Un abrazo a la distancia.



*La mal llamada "gripe española" se originó en Kansas - Estados Unidos.


Comentarios

  1. Las cosas se pusieron feas,si ,como no verlo a diario,en las noticias,en el cel con memes de todo tipo,con (casi)todo el mundo con mascarillas y corriendo para comprar el diario.
    Hay personas que estan luchando diariamente por nosotros y otros al bando contrario que dicen y creen que no les afecta y actuan como pseudos inmortales,me parece que todo esto tiene un proposito mucho mas profundo,tal vez aun no lo entendamos,pero poco a poco la reflexion de volver a nuestros origenes y respetar el planeta donde vivimos,sera el comun denominador de los sobrevivientes de esta peste.A cuidarse y confiar en que solo un corazon cercano a nuestro projimo y al Creador sera el mejor escudo para pasar este tiempo que como dices no sera corto,saludos sobreviviente de Cuarentena!

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    Respuestas
    1. Hola Luis.
      Un gusto tenerte por aquí otra vez. Y sí, se salió de control todo. El gobierno trata de dar tranquilidad, pero el problema ya los desbordó, y la cuarentena no puede durar más por el tema económico y el hambre de muchos, y la curva de infectados sigue creciendo.
      Sólo queda el "sálvese quien pueda", pues si con inmovilización obligatoria no hacíamos caso, cuando nos liberen esto será una locura. No sé, quizá estoy siendo muy pesimista.
      Sólo queda seguir y extremar estos cuidados (distanciamiento, lavado de manos, mascarillas, etc) hasta que todo esto realmente acabe, y no bajar la guardia, en especial si tenemos adultos mayores con nosotros. Yo ya lo tengo mentalizado, estaré en este plan, mínimo, hasta diciembre.
      Bueno Luis, espero que en la próxima entrada del blog, podamos cantar victoria, aunque sea un ratito.
      Los mejores deseos para ti y toda tu familia.
      Un abrazo.

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