No puedo viajar. Danzaré como shacsha
La flojera es madre de todos los vicios dicen. Pero, esta flojera también es madre de momentos seudofilosóficos inesperados. Como cierto día en el que reposaba lánguidamente sobre mi sillón, y un extraño cuestionamiento alteró mi descanso: ¿De qué trata todo esto? Me atormentó mi mente de repente. Despertar, ir al trabajo, ser productivo, comer, volver a casa, y repetir todo hasta que haya fuerza y salud, ¿sólo para esto has nacido Marco? ¡Oh criatura sin propósito! Sin embargo, es fácil acallar todas estas divagaciones. Sólo necesito abrir TikTok o YouTube y pasar un par de horas quemando mi tiempo. Aunque la pregunta ya está clavada en mi cerebro. Entonces, ¿es acaso la vida humana sólo esta breve e insípida rutina con fecha de caducidad?, ¿adónde fue a parar mi asombro por la existencia? Bueno, el asombro me lo dan los viajes largos y de bajo presupuesto. Y aunque viajar a lo salvaje no me da las respuestas, revitaliza mi alicaído espíritu, y me permite alejarme por unos mes