Tambopata, la selva en peligro

Video al final de la entrada

No me gusta viajar en el asiento del pasillo, menos en un avión. Y siempre que puedo, elijo el asiento al lado de la ventana. 

Pero, cuando el viaje es por una invitación, sólo queda rezar y esperar tener una buena ubicación. Más aún, cuando te invitan a conocer la asombrosa selva peruana.

Y es que soy muy curioso. Tanto, que a veces no me doy cuenta de mi descarado actuar, invadiendo el espacio personal de algún ocasional compañero de vuelo. 

Es que es tan tentador observar desde el aire la inmensa alfombra de árboles, que puedo estirar mi pescuezo desde el pasillo hasta la ventana.

Sabes, había estado anteriormente en selvas montañosas, como las que hay en Satipo o Tarapoto, pero la selva que posee el departamento sureño de Madre de Dios, es como algunos dicen, la verdadera selva, húmeda, salvaje y misteriosa.
   
Aterrizando en Puerto Maldonado

Puerto Maldonado es la capital del departamento de Madre de Dios, y está ubicada en la confluencia de los ríos Tambopata y Madre de Dios. 

No puedo contarte mucho de esta ciudad, porque desde mi punto de vista, el entorno urbano no es muy atractivo visualmente, porque no cuenta con una arquitectura destacable. 

Sus calles, casas y edificios pueden confundirse fácilmente con la periferia de Lima.

Los únicos puntos interesantes en la ciudad son: 

El Mirador de la Biodiversidad, es una torre de 47 metros de alto, a la que tendrás que subir sólo con la ayuda de tus piernas, ya que el ascensor, según nos dijeron, se malogró el mismo día de su inauguración. Así que concétrate y toma fuerzas para los 15 pisos a vencer.

Otro punto bastante recomendable es el mariposario de la ciudad, que se encuentra justo al lado del aeropuerto. Si te fascinan estos insectos voladores, éste es tu lugar, pues allí encontrarás muchas especies de mariposas, que parecen competir en un certamen de belleza.

Puerto Maldonado - Madre de Dios
La ciudad de Puerto Maldonado desde el Mirador de la Biodiversidad

Mariposario de Puerto Maldonado
¡Oye ya pues, déjate fotografiar! - Mariposario de Puerto Maldonado

El corredor ecoturístico del Tambopata

Ubicado al sur de la ciudad de Puerto Maldonado, dentro de la zona de amortiguamiento del Tambopata... ¡espera!, ¿zona de amortiguamiento?, ¿acaso venden amortiguadores? No. Las zonas de amortiguamiento son territorios adyacentes a un área natural protegida en las que se pueden realizar actividades humanas.

Por cierto, yo oí la palabra Tambopata por primera vez allá por el año de 1996 aproximadamente, cuando el documental, "Candamo, La Última Selva sin Hombres", se emitió por la aún entonces respetable televisión peruana, ¡oh que tiempos aquellos!

Con ese documental muchos de nosotros descubrimos la Reserva Nacional Tambopata, un lugar que acoge entre sus árboles a la mayor diversidad de vida animal y vegetal del planeta.

Esta reciente visita al Tambopata fue un sueño cumplido para mí, ya que desde niño deseé conocer este lugar, y ahora décadas después, he llegado a recorrer sus senderos, ver sus animales, navegar sus aguas y sentir sus olores, con la misma ilusión de entonces. 

Retomando el tema, el corredor ecoturístico del Tambopata, es una iniciativa privada en la que se ha tenido la grandiosa idea de cambiar drásticamente las actividades ganaderas y agrícolas que depredaban la selva, por actividades de reforestación, conservación y turismo.

Un ejemplo de estos emprendimientos privados es la del señor Víctor Zambrano, que actualmente administra un área de 34 hectáreas a la que ha llamado K'erenda Homet, un fundo lleno de aves silvestres, y distintas especies de árboles reforestados.

Fue interesante conocer la historia de Víctor, este veterano hombre trata de nadar contra la corriente en una ciudad donde la principal actividad económica es la minería y la tala informal. 

Él nos contó que los hijos de los mineros y madereros suelen visitar el fundo, una buena oportunidad para concienciar a la nueva generación, y  evitar la destrucción de la selva.

En el corredor hay muchos fundos, y hasta centros recreativos con la misma idea, la conservación, uno de ellos me pareció bastante peculiar, el Botafogo, un fundo con un carácter un poco más relajado, donde incluso se realizan bodas para aquellos novios que buscan algo distinto... ¡oye que eso se ve interesante!, ¡tomaré nota!

Fundo K'erenda Homet - Tambopata
Vista desde el K'erenda Homet

Fundo Botafogo - Tambopata
No tenía un buen teleobjetivo para tomar a las aves... tocó tomar al perro

La Reserva Nacional Tambopata

Conocer a personas como el señor Víctor Zambrano, en una época en la que la tala y la minería ilegal amenazan a la reserva misma, te devuelven la fe en la humanidad, pero ya sabes, uno no puede amar lo que no conoce, y ese día la desesperación por ir a la Reserva Nacional Tambopata me mantuvo muy inquieto.

La base para nuestras operaciones de "logística periodística y blogueril", es decir el lugar donde íbamos a dormir, comer, cargar las baterías del celular, y cambiarnos de ropa para ponernos guapos antes de ingresar a la reserva, fue el Monte Amazónico Lodge, una posada ubicada a 35 minutos navegando por el curso del río Madre de Dios desde Puerto Maldonado.

Esta no es la única posada para turistas en la zona, hay muchas más a lo largo del río. Todas ellas ofrecen al visitante una desconexión total de nuestra virtual y moderna forma de vida citadina.

En nuestra posada, por ejemplo, la mayor parte del día y la noche no había electricidad, ni señal de celular, y ni hablar del wifi. Los únicos servicios constantes eran el agua, la buena comida de la selva, y actividades como el canopy, y el arborismo, ubicadas a pocos metros de las cabañas. 

Cabañas que por cierto, aún con la visita de algún ocasional insecto alienígena, son muy cómodas.

Ahora una pregunta para ti estimado lector: ¿Cuántas veces revisas el celular o móvil al día?, ¿diez veces?, ¿veinte?, ¿noventa y nueve? Yo he perdido la cuenta, más aún cuando he de mantener un blog con sus respectivas redes sociales en la Internet.

Todo eso me ha convertido en una de esas personas que no pueden vivir sin el celular, ni siquiera un segundo. Bueno, ese estrés desaparece en lugares remotos como éste. Allí tus sentidos parecen resucitar, los ojos vuelven a ver, los oídos a escuchar, la piel a sentir, y la nariz a oler los agradables aromas del bosque.

Monte Amazonico Lodge - Tambopata
Y llegamos a la posada...

Ronsoco o capibara - Tambopata
... donde capibaras salvajes se pasean tranquilamente

El lago Sandoval
  
La selva no es un lugar silencioso, hay sutiles crujidos por allí, ensordecedores y desesperados llamados de amor de cigarras macho por allá, cantos de aves de todo tipo por acullá, aullidos de cotomonos que parecían motores de camión más allá. Una sinfonía salvaje que te recuerda que el Tambopata es un sitio que rebosa de vida.

Vida que no sólo puedes escuchar, sino también ver, como en nuestro camino al lago Sandoval dentro de la Reserva Nacional Tambopata

Pero, para disfrutar de este maravilloso lago fue necesario hacer unos sacrificios, como despertarse a las cuatro y media de la mañana, desayunar como un zombi, y luego embarcarse y surcar el río e ir hacia el puesto de control de la reserva. 

Desde ese punto se toma un oscuro sendero entre la espesa selva, que nos tomó más de una hora recorrer. El camino no es pesado al principio, pero mientras pasan los minutos, el calor húmedo hace estragos, y la marcha puede volverse algo desafiante.

El cansancio pasó a segundo plano cuando en plena caminata una enloquecedora variedad de aves se cruzó en nuestro camino. Carlos, nuestro anfitrión de la posada y guía de aquel día, identificaba cada ave donde yo sólo veía árboles. "¡vengan, miren aquí!, ¡allá está!, ¡shhh, arriba en la rama!", nos decía emocionado. 

Como te contaba líneas arriba, un citadino puede escuchar a la fauna, pero verla a simple vista requiere una pericia que sólo Carlos poseía.

Quizá la parte más cautivadora del viaje fue navegar sobre el lago Sandoval, un calmo lago de aguas claras y tranquilas, hogar de caimanes, nutrias, tortugas, monos, y un sinfín de aves como el shansho, el martín pescador, garzas y guacamayos. La atmósfera en este lago tiene a mi parecer un vaho místico, que calma a la inquieta mente, permitiendo entrar al mundo de los sentidos. 

Aún hoy me pregunto si he estado realmente allí, o si sólo fue un sueño.

Lago Sandoval - Reserva Nacional Tambopata
Carlos y su visión de águila en el Lago Sandoval

Lago Sandoval - Reserva Nacional Tambopata
Aves en el lago Sandoval, ellos son los estrafalarios Shanshos

El paraíso en el Infierno

Luego de unos días en el Monte Amazónico Lodge, nuestro "puesto de operaciones tácticas" se trasladó hacia otro punto de la selva, específicamente dentro de la Reserva de la Comunidad Nativa de Infierno. Este es un territorio administrado por la comunidad autóctona, que tiene como límites al río Tambopata, y a la misma Reserva Nacional Tambopata.

Dentro de la reserva comunal se encuentra la encantadora Posada Amazonas, que la empresa Rainforest Expeditions administra junto a la comunidad nativa perteneciente en su mayoría a la etnia Ese'eja. Una buena iniciativa que trae beneficios a esta gente olvidada por nuestros incompetentes gobernantes.

Mi breve estancia en este lugar fue un poco anecdótica. Llegamos por la tarde, y la primera actividad que hicimos fue un ascenso a una estrecha y vertiginosa torre de 37 metros ubicada a unos minutos de la posada. Desde ese punto era posible observar las lejanas montañas de Puno en el horizonte, siendo esto posible gracias a que el vasto territorio de Madre de Dios es completamente llano.

La actividad principal es estos lares son las collpas, una especie de acantilado en un claro del bosque, donde la tierra arcillosa rica en sales y otros minerales, atraen a las aves, en especial guacamayos. Para lograr visitar este lugar era necesario estar en pie a las 4 de la mañana, nada complicado para nosotros.

Nada complicado si no hubiésemos estado conversando y probando cocteles selváticos hasta altas horas de la noche (3:30 am), cortesía de nuestro nuevo anfitrión.

Laguna Tres Chimbadas, Madre de Dios
Laguna Tres Chimbadas

Tuvimos menos de una hora para dormir, pero teníamos que hacerlo. Fue en ese momento que cometí un desastroso error. Puse 3 alarmas en mi celular, "¡me voy a despertar a la primera!", pensé confiado. 

Sabía que en esta posada, como en casi todas las posadas en Madre de Dios, los clientes habituales son turistas extranjeros, y en especial gente de la llamada tercera edad. No imagino cómo se habrán asustado con mis 3 horribles alarmas a las 4 de la mañana en unos cuartos que tienen delgadas paredes de bambú. ¡Sí, me quedé completamente dormido!

Horas después, a las 8 de la mañana para ser exacto, pude unirme al grupo otra vez y participar en la caminata hacia la laguna Tres Chimbadas, en donde habita una familia de nutrias o lobos de río, además de pirañas y anguilas eléctricas.

Pero vamos, mejor dejo de escribir y les muestro esta extraordinaria experiencia en vídeo.

La Reserva Nacional Tambopata en vídeo

Y ¿qué dices?, ¿te animas a visitar Madre de Dios? Espero que sí, la pasarás genial, créeme, sólo recuerda llevar linterna e impermeable.

Buen viaje. 😊


Comentarios

  1. En cualquier lugar puedes ser visita o huésped, pero aquí eres un verdadero invitado,un amigo de la casa. Nosotros elegimos a la empresa CrossoverPeru por la confiabilidad brindada. El lugar, un verdadero loft en medio de la selva. Los paseos, todos fantásticos. Y entre la dedicación y grandes conocimientos de nuestro guía, y la calidez de Ramon el dueño,no hay duda que querrás repetir la experiencia. Imperdible.Viajaré una vez más algún día.
    Me encantó también leer tu artículo, me gusta leer la experiencia de los demás. Muchas gracias, extraordinario. Post recomendadísimo.

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